-Tú te has hecho una idea muy simple del amor. No creas que consiste en una serie de ideas independientes unas de otras. Es otra cosa. Hay una ternura constante, la dulzura, la ausencia... Cosas que tú no puedes comprender. [...]
Sentía bajo de mí las sábanas tibias y oía aún las palabras de Ana: "Es otra cosa, es una ausencia..."
La juventud, la sexualidad conscientemente prematura, la envidia y el egoismo pueril, la adolescencia quemada y la inteligencia desinhibida, son factores perfectos para darle los buenos días a la tristeza. François Sagan refleja su propia personalidad escribiendo desde puntos autobiográficos y con dieciocho años.
Fotografía: Mark Cohen
No hay comentarios:
Publicar un comentario